Desde comienzos del siglo XX y, especialmente, en los últimos 40 años, en Madrid y en toda España se han ido produciendo importantes cambios relacionados con la industrialización, urbanización y con el desarrollo tecnológico y económico que han dado lugar a nuevas formas de producción, procesado y distribución de alimentos. Estos cambios han modificado extraordinariamente los hábitos alimentarios de la población madrileña, repercutiendo consecuentemente en su estado nutricional.
De esta forma, España, fundamentalmente agrícola en los años 40, ha sufrido una gradual industralización. Está, junto con el aumento del turismo, ha influido en los hábitos alimentarios y el nivel de vida de la población, que experimenta un considerable ascenso.
Ciertos aspectos de esta evolución, como puede ser el descenso del módulo alimentario- proporción de la renta destinada a la alimentación-, han sido realizado positivos; sin embargo, otros, no sólo relacionados con nuestro modelo dietético sino también con nuestro estilo de vida (sedentarismo, estrés), se han asociado a un incremento de nuevos problemas sanitarios, como la obesidad, la diabetes, algunos carcinomas, enfermedades cardiovasculares, etc, hoy en día reconocidos como enfermedades características de las sociedades de la abundancia.
Por ello, el estudio de los hábitos alimentarios de las causas que lo originan, y de los factores que los modifican, es un aspecto importante para la Ciencia de la Nutrición, pues proporcionan información muy valiosa para conocer los cambios que pueden darse en el futuro, facilitando de esta manera la programación de una política alimentaria eficaz, encaminada a la prevención de los distintos problemas asociados con la alimentación.