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Evaluación del consumo de alimentos enriquecidos/fortificados en España a través del Panel de Consumo Alimentario

  • Autor: Varela Moreiras G, del Pozo S, Ávila JM, Cuadrado C, Ruiz E, Moreiras O
  • Editorial: Gráficas Jomagar
Evaluación del consumo de alimentos enriquecidos/fortificados en España a través del Panel de Consumo Alimentario
La fortificación de los alimentos no es algo nuevo. Históricamente, se han venido fortificando con sal yodada o vitamina D como medidas de salud pública encaminadas a prevenir exitosamente deficiencias nutricionales en grupos muy amplios de población en varias regiones mundiales. Si ahora visitamos nuestro lugar de compra, nos vamos a encontrar con una amplísima oferta, desde zumos fortificados con calcio y vitamina D, hasta pan con ácidos omega-3, pasando por cereales de desayuno o margarina con esteroles vegetales. Esta amplia gama actual tiene como objetivo promover y tratar de cumplir con el concepto de nutrición óptima. En términos generales, y así ocurre en España, la decisión de fortificar alimentos es voluntaria, y supone de hecho una decisión individual por parte de la industria agroaliemntaria, aunque sin duda se basa en la mayoría de las ocasiones en la evidencia científica, creciente pero en muchos casos todavía insuficiente. Y es que estamos hablando de alimentos que pretenden ser una herramienta de prevención para las denominadas enfermedades crónico-degenerativas, es decir, aquellas que suponen una mayor morbimortalidad en nuestro entorno. A mediados del siglo XX parecía que el “mapa” de la Nutrición estaba resuelto: conocidos los nutrientes principales, sus funciones en el organismo y las consecuencias de su déficit en la dieta, se despejaban las incógnitas para el tratamiento y la prevención de las enfermedades de mayor prevalencia entonces: enfermedades de tipo carencial como el raquitismo, el escorbuto, la pelagra, la xeroftalmia o el beri-beri. No obstante, los conceptos de nutrición empezaron a cambiar conforme se fueron realizando, a partir de los años 1960, estudios epidemiológicos e investigaciones sobre las bases fisiológicas y bioquímicas de las enfermedades crónico degenerativas y se evidencia un papel potencial de muchos nutrientes en la modulación, prevención y pronóstico de condiciones patológicas como el cáncer, la enfermedad cardiovascular, el deterioro cognitivo, la osteoporosis y debilidad ósea, los procesos inflamatorios y la respuesta inmunológica. Como ya se ha comentado, también aparece el concepto de “nutrición óptima”, entendida como aquella que cubre la promoción de la salud, el concepto de máximo rendimiento, tanto físico como psíquico, y la reducción de los factores de riesgo de enfermedad. De hecho, la nutrición óptima ha sustituido en muchas ocasiones actualmente al concepto de “nutrición adecuada”, entendida como suficiente y dirigida a evitar déficits. Y es aquí donde la fortificación no sólo renace, sino que se convierte en un elemento habitual de nuestra dieta, de nuestras vidas en definitiva, y que consiste en la adición de nutrientes a alimentos, independientemente de que éstos ya los contengan o no de forma natural, con el fin de utilizar los alimentos como vehículos para aumentar la ingesta de uno o varios nutrientes en la población. Por ello, en este trabajo, se ha pretendido evaluar el impacto de la fortificación y el enriquecimiento de alimentos, utilizando la metodología propuesta en el Estudio de Investigación de la alimentación en España del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM). Y es que, esta rápida e intensa introducción, en el mercado español, de productos enriquecidos y fortificados hace que sea importante disponer de información referente a estos alimentos en nuestro país y conocer el posible impacto de los mismos en el estado nutricional de la población, para así evaluar si la disponibilidad de estos productos en el mercado español responde a las necesidades reales de la población en materia nutricional. Por otro lado, es igualmente necesario conocer la percepción y conocimiento del consumidor sobre este tipo de alimentos. Creemos sinceramente que en gran medida el lector de este libro se va a encontrar con esta información pionera en nuestro país. Es un honor y una enorme satisfacción para la Fundación Española de la Nutrición (FEN) la oportunidad que se nos ha brindado por parte del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) para la consecución de este trabajo, que sin duda marcará un camino a seguir en el estudio de los productos enriquecidos y fortificados, ya que existe la necesidad de continuar realizando estudios sobre el consumo de este grupo de alimentos, especialmente en grupos de población que introduzcan en su dieta varios productos enriquecidos en el mismo nutriente. Quiero agradecer la continua colaboración e interés en la consecución del presente estudio por parte del MARM a través de todo su personal, así como a los diferentes órganos y equipos humanos de la Fundación Española de la Nutrición. A todos, gracias.

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