En los últimos años, España, que durante siglos ha sido un país de emigrantes, se ha convertido en un lugar de acogida de un número creciente de extranjeros, que ha pasado a representar del 1,6% (1998) a un 9,9% (2007).
Los inmigrantes que llegan experimentan un cambio brusco en sus vidas que pueden condicionar cambios en su estado de salud. Los hábitos alimentarios es uno de los aspectos que más tarde cambia en el proceso migratorio y una herramienta útil para conocer otras culturas.