La alimentación es una de las variables que más influye en la protección y el mantenimiento de la salud, por lo que conseguir unos hábitos alimentarios saludables constituye un objetivo prioritario de cualquier iniciativa en salud pública. Los cambios producidos durante las últimas décadas en los países desarrollados debidos fundamentalmente a la urbanización e industrialización, al desarrollo tecnológico, la publicidad, la sociedad de la información entre otros, han repercutido de forma determinante en la modificación de los hábitos alimentarios y por tanto en el estado nutricional de la población. Aunque los consumidores dan cada vez más importancia a la alimentación, los hábitos diarios están motivando cambiossustanciales en la alimentación y en los estilos de vida no siempre saludables.