Jose María Bengoa muere en su ciudad natal, Bilbao

Jose María Bengoa muere en su ciudad natal, Bilbao

Jose María Bengoa muere en su ciudad natal, Bilbao
Según se indica en la Fundación Bengoa-Alimentación y Nutrición, Jose María Bengoa nos deja a los 96 años de fructífera existencia, rodeado de su esposa Amaya de Bengoa, de sus hijos y nietos. Más allá de su añoranza por los paisajes del país vasco, palpitaba en él un inmenso amor por su tierra de acogida: Venezuela, donde residió por más de 60 años Contaba con 25 años cuando contempló por primera vez las empinadas faldas del Cerro El Ávila que se deslizan abruptas hacia el azul del Mar Caribe. Ya nunca sabremos que sintió frente a esa indeleble visión que nos legó Juan Antonio Pérez Bonalde en su "Vuelta a la Patria". Entonces no volvía; venía por primera vez, y aunque se fue muchas veces, siempre volvió a estas latitudes donde formó familia y desarrolló una inmensa labor que trascenderá a los límites de su existencia humana. En los últimos años se dedica a escribir gran parte de su experiencia de setenta años de estudio y trabajo en nutrición. En el año 2000 publica la monografía "Hambre cuando hay pan para todos". En el prólogo del mismo, su entrañable amigo el Dr. Nevin Scrimshaw expresa que esta publicación "capta y transmite su vasta experiencia sobre los problemas nutricionales en el mundo, tal como ha pensado a través de toda su vida, y antes de la mayoría de sus contemporáneos, que los efectos sociales, humanos y económicos de la malnutrición en edades tempranas tienen consecuencias demasiado serias para ser ignoradas" y continua ". Una de las últimas colaboraciones con la Fundación Española de la Nutrición, fue en el Decálogo Xacobeo sobre alimentación en el siglo XXI publicado ese mismo año, hablando sobre un tema tan interesante como es la “Geografía del hambre”. J.M. Bengoa ha sido la conciencia global de la nutrición comunitaria, por el énfasis que ha puesto en las causas sociales del hambre y la desnutrición". Al despedir al Doctor Bengoa, nuestro querido Maestro, sentimos tristeza por su ausencia física, pero al mismo tiempo celebramos los logros de una vida de amplios horizontes, llena de sacrificios y signada por su constante preocupación por los niños y los problemas del hambre y la desnutrición. Hoy, cuando nos estremecemos frente a la tragedia que sacude a la hermana República de Haití, azotada por un devastador terremoto, cuando vemos las escenas de hambre y desesperación, nos preguntamos por qué hay tantos que lo padecen cuando en el mundo…"hay pan para todos".

Compartir: