El
hombre
está
renovando
continuamente
sus
estructuras
corporales
a
un
ritmo
muy
diferente
según
las
distintas
etapas
de
la
vida.
Para
hacer
frente
a
esta
renovación
es
necesario
ingerir
una
serie
de
elementos
que
son
los
que
conocemos
con
el
nombre
de
nutrientes.
Los
nutrientes
son
todas
aquellas
sustancias
esenciales
para
mantener
la
salud
que
el
organismo
no
es
capaz
de
sintetizar
por
lo
que
han
de
ser
aportados
por
la
dieta
y
cuya
carencia
da
lugar
a
una
patología
concreta
que
sólo
se
cura
con
la
administración
de
dicho
nutriente.
Es
decir,
si
no
se
ingieren
en
cantidad
y,
en
muchos
casos,
en
calidad
suficiente,
se
van
a
producir
trastornos
en
la
salud
que
pueden
dar
lugar
a
enfermedades
que
se
manifiesten
claramente
o
que
estén
incubándose
secretamente
sin
que
lleguen
a
presentar
las
características
de
la
enfermedad,
pero
dando
lugar
a
lo
que
se
denomina
desnutrición
subclínica.
Además
de
los
nutrientes
hace
falta
energía,
por
un
lado,
para
hacer
frente
al
gasto
que
implica
esta
renovación
de
tejidos
y,
por
otro,
para
desarrollar
una
actividad
física.
En
definitiva,
el
hombre
para
mantener
la
salud
necesita
ingerir
energía
y
aproximadamente
unos
50
nutrientes
que
se
distribuyen
de
la
siguiente
manera:
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-
Hidratos
de
carbono:
azúcares
y
almidones
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-
Lípidos:
23
ácidos
grasos
esenciales
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-
Proteínas:
8
aminoácidos
esenciales
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Estos
nutrientes
se
encuentran
heterogéneamente
almacenados
en
los
alimentos.
Por
tanto,
la
dieta,
es
decir,
el
conjunto
de
alimentos
que
conforman
nuestros
hábitos
alimentarios,
tiene
importantes
funciones
suministradoras
de
estos
componentes
esenciales,
sin
cuya
presencia
el
organismo
no
puede
subsistir.
Puede
decirse
que
existe
un
número
infinito
de
combinaciones
de
alimentos
a
partir
de
las
cuales
pueden
obtenerse
todos
estos
nutrientes.
El
hombre
es
omnívoro
por
excelencia
y,
probablemente,
la
especie
con
mayor
capacidad
para
consumir
alimentos
de
cualquier
tipo.
Los
tres
primeros
(hidratos
de
carbono,
lípidos
y
proteínas)
son
los
que
se
encuentran
en
cantidades
mayores
en
los
alimentos
por
lo
que
reciben
el
nombre
de
macronutrientes.
Por
el
contrario,
minerales
y
vitaminas,
constituyen
una
parte
muy
pequeña,
incluyéndose
bajo
el
nombre
de
micronutrientes.
Sin
embargo,
todos
ellos
son
igualmente
importantes
para
el
mantenimiento
de
la
salud.
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